Héroe Mitológico por Excelencia: HERAKLES

En el siguiente artículo, nos proponemos presentar la vida y obras de Heracles desde su enfoque místico, para lo cual, primero, describiremos brevemente la vida de este mítico héroe y, después, haremos una interpretación de cada uno de sus doce famosos trabajos
 
Nacimiento, infancia y juventud
Heracles era hijo de Zeus y de Alcmena, hija del rey de Micenas y esposa del rey de Tirinto. Zeus se enamoró de Alcmena y, aprovechando la ausencia de su marido, tomó la apariencia de éste y se unió a ella, con la intención de engendrar un hijo que sería el más poderoso de los mortales y gobernaría la noble casa de Perseo.

Hera, esposa de Zeus, celosa por la infidelidad de su marido, hizo prometer a Zeus, cuando Heracles estaba a punto de nacer, que el príncipe que naciera antes del anochecer en la familia de Perseo sería el rey. Entonces, Hera retrasó el nacimiento de Heracles y adelantó el de su primo Euristeo debido al juramento de Zeus. No contenta con esto, Hera quiso matar a Heracles enviando a dos enormes serpientes para que los estrangulasen en su cuna, pero Heracles se libró de ellas ahogándolas con sus propias manos.

El joven Heracles recibió la educación propia de los héroes, tuvo los mejores maestros y pronto destacó en las artes guerreras, siendo infalible con la jabalina y con el arco.


A los dieciocho años, Heracles realizó su primera hazaña, dando muerte a un enorme león de un mazazo, se vistió con su piel y se puso por casco  sus mandíbulas abiertas. Por aquella misma época, la ciudad de Tebas estaba obligada a pagar tributo a la de Orcómeno. Cuando los recaudadores de Orcómeno se presentaron, Heracles les cortó la nariz y las orejas y se las colgó del cuello, diciendo que ese era el tributo que debían presentar a su rey Ergino. Ergino atacó la ciudad de Tebas y fue derrotado por Heracles, quien obligó a los de Orcómeno a pagar desde entonces tributo a los tebanos. Creonte, rey de Tebas, agradecido, dio en matrimonio a Heracles a su hija Mégara.

Años más tarde, los eubeos, con si rey Pirecmes a la cabeza, marcharon sobre Tebas. Heracles venció a Pirecmes y ordenó que unos potros desgarraran su cuerpo, partiéndolo en dos, y que sus restos fueran abandonados sin enterrar junto al río Heracleo. Hera, irritada por los excesos de Heracles, lo enloqueció; preso de una terrible ataque de locura, Heracles mató a todos los hijos que había tenido con Mégara, a ésta y a dos de sus sobrinos. Cuando Heracles recobró la cordura, acudió al rey Tepio para que lo purificase, tras lo cual se dirigió a Delfos para pedir consejo a la pitonisa, quien le ordenó ir a Tirinto y servir a su primo Euristeo durante doce años; si realizaba con éxito los diez trabajos que su primo le impondría (que acabaron siendo doce, ya que su primo no dio por válido dos de ellos) obtendría como premio la inmortalidad. Su sobrino Yolao compartiría con él los  trabajos, sirviéndole como escudero.


Antes de partir hacia Tirinto, Heracles fue equipado por los dioses: Hermes le entregó una espada, Apolo un arco, Zeus un escudo, Atenea una túnica, Hefesto una armadura y Poseidón un tiro de caballos para su carro.


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